El movimiento sindical es la parte
del movimiento obrero que tiene como objetivo directo la representación
laboral, no la política de los trabajadores. No obstante, la
separación entre ambos tipos de actividad es bastante difusa a lo largo de
la historia, y la organización colectiva de los trabajadores
para la defensa de sus intereses y mejora de sus condiciones de trabajo, no
parece ya, la única finalidad de dichas organizaciones, vinculadas por la
puerta de atrás a la política.
Por otro lado, están las asociaciones
empresariales , también denominas patronal, unión de de empresarios, que
se agrupan para ser la voz de los diferentes sectores empresariales y establecer las bases para la defensa de las distintas empresas, estableciendo las condiciones en las que se llevarán a cabo la prestación
de servicios por parte de los trabajadores, cuyos intereses suelen
estar en contraposición
con los de los sindicatos. Inevitable pensar, que esta organización
se mantiene ajena también a los intereses políticos, debido en parte, a la
influencia que suponen en ella las grandes compañías.
Que existan organizaciones que defiendan sus
intereses resulta de lo más lícito, siempre y cuando ejerzan su representación
desde el mayor de los respetos a las personas a las que representan, y en
consecuencia, su trabajo se limite a ejercer dichas funciones con el mayor
rigor.
En los últimos tiempos, hemos ido asistiendo a modificaciones legislativas
en materia laboral, que "desvinculan" o quitan protagonismo a los interlocutores sociales, (representación de empresa y trabajadores), proporcionando un mayor grado de independencia a la
negociación colectiva directa, entendida ésta como
trabajador-empresario, perdiendo de esta forma la hegemonía, que hasta este
momento, mantenían ambas instituciones.
Pero las leyes no son la única causa del
protagonismo representativo,
ya que los convenios propios de empresa y las continuas desvinculaciones a
los convenios colectivos sectoriales por parte de las empresas motivados por la
crisis, han contribuido en gran medida a esta situación. Si a ello le unimos
los escándalos de financiación a los que estamos asistiendo en los últimos
tiempos, el resultado es letal.
Por su parte, el diario 20 minutos afirma que, solamente el Sindicato UGT recibió algo más de 7 millones de las arcas del Estado durante el año 2013 para sus distintos proyectos, cantidad que prevén será inferior en el año 2014.
¿Deberíamos cambiar las reglas del juego?
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