Los incentivos suponen una eficaz fórmula para conseguir motivar y retener a nuestros mejores trabajadores, en el marco de la política retributiva de cualquier departamento de RRHH.
Una retribución complementaria por alcanzar objetivos concretos, aumentar el nivel de ventas o mejorar las tasas de fidelización, puede suponer una importante herramienta de motivación, aunque para conseguir un resultado satisfactorio, debería tenerse en cuenta los siguientes 6 puntos:
incentivos si cumple con los objetivos previamente marcados.
Compromiso. Es muy importante ser justo en la aplicación de lo acordado y cumplir
fielmente con lo comprometido.
comunicar de forma concisa los posibles cambios a adoptar.
de sus trabajadores, es clave a la hora de su cumplimiento.
ajustes necesarios que ayuden a premiar de forma adecuada a los que mayor esfuerzo
hayan invertido en su cumplimiento.
Pero los incentivos económicos no son la única forma de motivar a los trabajadores. Cuando
recibimos por primera vez una compensación económica por
el resultado de nuestro trabajo,
es evidente que nuestra motivación alcanza
niveles máximos ya que entendemos esa bonificación
como justa recompensa a nuestro
trabajo bien hecho.
El peligro está en que, una vez que ese complemento dinerario se
repite, pasamos a
considerarlo así, de forma sistemática, como un derecho adquirido, como un plus añadido ya en
nuestra nómina, perdiendo así todo su poder de motivación, además si un día
dejamos de
percibirlo, se consigue el efecto contrario ya que sentimos que se nos está privando
de lo que por
derecho nos pertenecía, creando el consiguiente malestar y frustración.
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